El yo Superior es nuestro verdadero ser, la suma total de experiencias que hemos tenido.
Mora en la quinta dimensión, esperando el momento del reencuentro definitivo con nosotros.
Lo podemos comparar con este ejemplo: si estamos en un salón con 1.000 participantes de un Congreso y nos dividimos en 10 grupos de trabajo, nuestro yo de tercera dimensión tendrá registro de uno solo de ellos, mientras que el Yo Superior estará totalmente consciente y participando en todas las habitaciones del Congreso, simultáneamente.
El ángel de la guarda es nuestro propio Yo Superior. Por falta de evolución, pensamos que lo excelso y sublime tiene que estar fuera de nosotros.
El Yo Superior es nuestro aspecto más elevado. Cuando lo escuchamos, podemos estar seguros de su consejo.
Tiene su voz en nuestro interior. A menudo estamos tan condicionados por las voces parciales del ego o los datos que recibimos en la superficie de la vida con nuestros sentidos físicos, que no lo escuchamos.
La voz del Yo Superior tiene el nombre de intuición y su palabra es emitida por el segundo corazón. Son las corazonadas salvadoras.
Por esa misma conexión lo podemos escuchar a Dios, porque en el Yo Superior ya no hay separación con Él.
Para escuchar a Dios debemos desalojar de nuestro templo interno todos los ídolos que la materia y el ego nos hicieron construir.
Si quieres tener una idea del Yo Superior; multiplica tus mejores talentos por diez y tendrás una idea.
En la respiración mer-ka-ba nos reservamos una respiración que es única y personal para cada uno porque es la respiración o clave que posee nuestro Yo Superior. Cuando integramos esa respiración, podemos estar presentes todo el tiempo con nuestro Yo Superior.
Él sabrá instantáneamente cómo tenemos que obrar Él es el que conoce el camino para retornar al Hogar.
Habrás visto en algún expositor sincero y apasionado, cómo su aura parece abarcar todo el auditorio. Es la presencia de su aspecto más elevado. Cuando nos dedicamos con todo nuestro corazón a una tarea importante para nosotros, ese yo total se unirá con nuestro cuerpo físico, produciendo la magia.
El Yo Superior se puede enferman. En la nueva psicología, podremos incorporar estos nuevos conocimientos.
Hay vicios que se asientan en el alma, de ahí su gravedad, como la drogadicción y el alcoholismo. Estas sustancias van cortando y dañando la relación entre el yo físico y el Yo Superior.
Por eso, en el alcohólico, la mirada es inexpresiva y su paso, titubeante (su alma no lo guía más).
En muchos casos tendrá que ir; al desencarnar; a una especie de hospital astral para tratar de mitigar este grave desorden y de esa manera tener menos dificultades en futuras encarnaciones.
El Yo Superior tiene un objetivo para nosotros en el ciclo de encarnaciones, que fue guiando nuestras vidas pasadas, va guiando la actual y guiará las futuras (también en la cuarta dimensión), hasta que no haya más distancia entre nuestro yo y el Yo Superior; en la quinta dimensión o paraíso.
El defecto compartido por los Yo Superiores de los humanos son dos: por un lado, el orgullo y por otro, la pasividad.
El orgullo amenaza a los que más evolucionaron; fue causa de grandes sufrimientos, como la caída de la Atlántida.
A otros seres les cuesta trabajo asumir su objetivo de vida. Muchas veces hay que ejercer una suave presión para que encarnen y desempeñen su papel.
El Yo Superior es el factor más activo de nuestra personalidad, pero siempre está en reposo. Por eso, sólo el silencio interno puede mover su enorme energía. Se lo capta con el chakra Puerta del Alma, que brilla cuando nuestra personalidad está integrada, es decir en reposo, sin la dispersión del conflicto.
Una dolencia grave y persistente señala que la persona erró completamente su objetivo de vida. No escuchó su propio yo y centró su deseo en elementos falsos. La reconexión con el Yo Superior; en todos los casos, es la verdadera curación.
Las grandes obras de arte fueron inspiradas en el contacto del Yo Superior con las realidades cósmicas. Por ejemplo, Beethoven (a través del contacto con su yo total) pudo escuchar al componer la Quinta Sinfonía, los pasos que se escuchan en el mundo astral de la muerte. De la misma forma fue capaz de sintetizar genialmente el fuego y la hermandad, en la Novena Sinfonía.
Algunos ejemplos más actuales son los de Lennon, que en su canción "Imagina" pudo canalizar la energía de la Paz, o la cantante Enya, que canta con la voz de su yo interior.
El arte es la expresión más fiel de nuestro Yo Superior.
Cuando escuchamos el Yo Superior- es como si canalizáramos información de otras dimensiones. Es una canalización interna, es decir, la voz fluye libremente dentro de nosotros mismos y posee una enorme sabiduría. Esta tarea la realiza una autora como Solara, que puede canalizar su propia información de su Yo Superior.
Cuando escuchamos que algunas personas canalizan ángeles, arcángeles, seres celestiales, etc., no hacen más que canalizar su propia sabiduría. Las excepciones son los libros de Kryon y Seth.
Las canalizaciones de los grandes seres cósmicos son más sutiles. No anuncian pomposamente su presencia ni invocan su propio nombre como elemento de autoridad. Más bien se deslizan sin que se los advierta inmediatamente.
Sólo el muy sensible puede captar el mensaje que se esconde en un libro canalizado verdaderamente por un ser superior. Un ejemplo de esto es la trilogía de libros sobre el tema de las gemas, de Katrina Raphaell.
Dentro de los elementos espirituales, los cristales son los más aptos para comunicarnos con nuestra esencia. Ellos poseen la transparencia de su ser; la fidelidad a la verdad neutra (ya que nunca juzgan) y pueden guardar y atesorar en su interior; información de una dimensión superior.
Otro elemento importante es que las gemas cristalizan tomando como modelo un cuerpo geométrico sagrado, de ahí que ellas mismas son sagradas. Por ejemplo, la fluorita y la pirita, así como la sal gruesa cristalizan utilizando el cubo para organizar su cuerpo molecular.
Hay un cristal que está preparado para aquellos que necesiten tomar contacto con su Yo Superior por esa vía. La gema sola se encarga de aparecer en nuestra vida y enviarnos las señales pertinentes. Va a comenzar a brillar; puede plasmar figuras en su interior, etcétera.
Los cristales más aptos para estas tareas son el cristal de roca y la amatista, junto a la selenita, que activa el chakra puerta a las Estrellas.
La mer-ka-ba nos va conduciendo para que el propio Yo Superior nos respire. Es decir, producimos una unidad tan fuerte que podemos estar conscientes todo el tiempo de lo superior. De esta manera, cada avance interno es eterno.