Un nuevo diseño de dispositivo de desalinización alimentado por energía solar evita la acumulación de sal, lo que hace que el sistema sea eficiente y asequible.
Con tan sólo 4 dólares en materiales se puede conseguir un dispositivo que proporcione el agua potable diaria a una familia.
La suciedad es uno de los principales problemas de los sistemas de desalinización.
A medida que
se filtra la sal y otras impurezas del agua, ese material tiende a acumularse
en las membranas u otras superficies del dispositivo, lo que obliga a limpiar
las piezas con regularidad o, peor aún, a sustituirlas.
Los materiales
de absorción se encuentran entre las piezas que más se ensucian, por lo que,
para el nuevo proyecto, científicos del MIT y de la Universidad Jiao Tong de
Shangai se propusieron diseñar un dispositivo de desalinización solar sin
mallas.
Destinado a
flotar en la superficie de una masa de agua salada, el sistema se compone de
varias capas.
Un material
con perforaciones de 2,5 mm extrae el agua del depósito inferior, formando una
fina capa de agua en la parte superior.
Con la ayuda
de un material oscuro que absorbe el calor de la luz solar, esta fina capa de
agua se calienta hasta que se evapora, de modo que puede condensarse en una
superficie inclinada para ser recogida como agua pura.
La sal se queda en el agua restante, pero aquí es donde entra en juego la nueva
idea del equipo. Los agujeros del material perforado tienen el tamaño justo
para permitir que se produzca una circulación convectiva natural.
El agua más
caliente por encima del material - que ahora es mucho más densa en sal - se
devuelve a la masa de agua más fría que hay debajo. Una nueva capa de agua es
arrastrada hasta la parte superior del material y el ciclo comienza de nuevo.
En los
dispositivos de prueba, el equipo afirma que esta técnica puede lograr una
eficacia superior al 80% en la conversión de energía solar en vapor de agua,
incluso cuando el agua de partida tenía concentraciones de sal de hasta el 20%
en peso.
No se
detectaron cristales de sal en el dispositivo tras una semana de
funcionamiento.
Y lo que es más importante, el sistema está fabricado con materiales
cotidianos, por lo que debería ser escalable y barato.
El equipo
calcula que un sistema con una superficie de recogida de sólo 1 m2 podría
proporcionar suficiente agua potable para las necesidades diarias de una
familia, y los materiales para construirlo sólo costarían unos 4 dólares.
Si se perfecciona, el equipo afirma que este diseño de desalinización podría
ayudar a llevar agua potable a zonas remotas o en vías de desarrollo, y
utilizarse como instalaciones temporales para proporcionar ayuda en caso de
catástrofe tras la interrupción del suministro habitual.
Referencias